Gobierno federal envía tropas y acusa fallas en respuesta local
El presidente Donald Trump ordenó el despliegue de tropas en Los Ángeles para frenar el avance de la turba en medio de protestas.
El gobierno justifica el envío de tropas La Casa Blanca calificó la situación en Los Ángeles como crítica y aseguró que el gobierno federal no permitirá que “una turba controle las calles”. En una declaración oficial, insistieron en que proteger el orden y la propiedad es una prioridad absoluta.
Según voceros oficiales, las autoridades locales no reaccionaron con la firmeza necesaria. Por ello, el gobierno federal actuó directamente para restablecer el control. También señalaron que el país no debe tolerar lo que definieron como actos violentos disfrazados de manifestaciones legítimas.
Respuesta militar y clima social Cerca de 4.000 efectivos de la Guardia Nacional y al menos 700 marines fueron desplegados en zonas clave de la ciudad. Además, se impuso un toque de queda nocturno con el objetivo de prevenir nuevos enfrentamientos.
Las protestas comenzaron tras operativos migratorios en diversos barrios. Si bien algunas marchas fueron pacíficas, también se registraron saqueos, daños a propiedades y enfrentamientos con las fuerzas del orden.
Autoridades estatales criticaron la decisión de enviar tropas sin consulta. Alegaron que la intervención podría agravar el clima de tensión. Por su parte, residentes y activistas denunciaron el uso excesivo de la fuerza en las detenciones.
Tensión entre estados y gobierno federal El presidente Trump calificó las protestas como un intento de “subvertir la autoridad” y apuntó contra grupos de izquierda y migrantes. Además, acusó a los líderes estatales de permitir un ambiente de impunidad.
Legisladores estatales y federales han comenzado a cuestionar la legalidad del despliegue. Algunos incluso presentaron demandas contra el gobierno federal por intervenir sin aprobación local.
Diversos sectores temen que la intervención siente un precedente peligroso. Expertos en derecho alertaron sobre la creciente tensión entre el poder federal y la autonomía de los estados en situaciones de crisis.
