Cuba admite fracaso en crisis eléctrica y dependencia del petróleo venezolano agrava la situación

El déficit de generación energética afecta al 50% de la isla, causando apagones prolongados y tensiones sociales.

El gobierno cubano, a través de Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas, admitió este jueves que la isla enfrenta una crisis eléctrica “difícil y tensa”. La situación, marcada por un déficit crítico de generación que compromete la mitad de la demanda durante las horas pico, ha desatado apagones masivos que exacerban el descontento social y agravan las condiciones económicas de un país ya golpeado por la escasez.

En una intervención pública, O Levy detalló que las dificultades del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) provienen principalmente del envejecimiento de las centrales termoeléctricas y la falta de combustible, vinculada a la disminución del suministro de petróleo proveniente de Venezuela, su aliado más cercano. La dependencia del crudo venezolano ha dejado a la infraestructura energética en una situación crítica, incapaz de atender adecuadamente las necesidades de la población.

El ministro indicó que, aunque “el sistema está débil” y su capacidad de respuesta es limitada, no se espera un colapso total inminente. A pesar de las promesas de alivio para el fin de semana, se espera que los apagones continúen impactando a los habitantes de la isla, con un 50.4 % de afectación reportada en las horas de mayor demanda, similar a la crisis vivida en octubre.

La situación energética se tornó alarmante el pasado 18 de octubre, cuando una falla en la principal central eléctrica provocó un apagón masivo de cuatro días que afectó a casi 10 millones de habitantes. El SEN enfrenta un déficit de 1.520 megavatios y la desconexión de 72 unidades de generación por falta de combustible. Estos problemas, sumados al envejecimiento de las plantas y la ausencia de inversiones en mantenimiento, ponen en evidencia la precariedad del sistema.

O Levy admitió la “enorme afectación” que ha generado esta crisis, aunque aseguró que “tenemos déficit de combustible, pero no estamos en cero”. Explicó que se han firmado contratos para asegurar una provisión gradual, pero no especificó los plazos ni las cantidades.

El impacto económico y social de la crisis eléctrica es profundo. La isla enfrenta su peor recesión en 30 años, con una economía que se contrajo un 1.9 % en 2023. Los cortes de electricidad han golpeado a sectores productivos clave y afectan la vida cotidiana, provocando indignación y frustración en la ciudadanía. Los apagones han sido un detonante recurrente de protestas antigubernamentales. En julio de 2021, miles de cubanos tomaron las calles en las manifestaciones más grandes en décadas, y entre agosto y septiembre de 2022, Nuevitas y La Habana fueron escenario de movilizaciones masivas.

Más recientemente, en marzo de 2023, Santiago de Cuba y otras localidades registraron protestas, con la respuesta oficial marcada por una fuerte represión que ha sido criticada a nivel internacional. La administración cubana continúa implementando soluciones temporales, como el alquiler de centrales eléctricas flotantes. Sin embargo, estas medidas son costosas y ambientalmente insostenibles, sin abordar los problemas estructurales del sistema energético.

En medio de este panorama, México, representado por su presidenta Claudia Sheinbaum, ha intervenido enviando petróleo a Cuba por “razones humanitarias”. Este apoyo evidencia la dependencia de la isla de sus aliados extranjeros para sobrevivir a esta crisis energética. Sin embargo, la ayuda es insuficiente para solucionar las profundas fallas de infraestructura que han dejado a millones de cubanos en la penumbra.

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