La ceremonia incluyó 26 arengas, destacando figuras históricas, el combate a la corrupción y la defensa de la soberanía
En la noche del 15 de septiembre de 2024, el Zócalo de la Ciudad de México se convirtió en el corazón palpitante del 214º Aniversario del Grito de Independencia, un evento marcado por la despedida de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como presidente en su última ceremonia de este tipo. Miles de ciudadanos se congregaron para presenciar este momento histórico, en un ambiente lleno de música, entusiasmo y un profundo sentido patriótico.
Un preludio lleno de cultura y música tradicional
Desde temprano, el Zócalo capitalino comenzó a llenarse de familias, jóvenes y adultos mayores, todos ansiosos por celebrar el Día de la Independencia y ver por última vez a López Obrador encabezando esta ceremonia emblemática. La música fue la encargada de animar la espera de la multitud, con la participación de la Banda Filarmónica del Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, quienes deleitaron con piezas de la tradición musical indígena.
Tras su participación, el Mariachi de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) tomó el escenario con un repertorio que enalteció las tradiciones nacionales. El punto culminante de la noche musical lo protagonizó la Banda MS, una de las agrupaciones más populares de música regional mexicana, que encendió los ánimos al ritmo de “El Sinaloense” y otros éxitos, llevando a los asistentes a corear sus canciones y ondear las banderas con entusiasmo.
La arenga histórica de AMLO: un legado marcado por la Cuarta Transformación
A las 23:00 horas en punto, todas las miradas se dirigieron al balcón central de Palacio Nacional. Andrés Manuel López Obrador, acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, quien lucía un elegante vestido morado, apareció entre vítores de “¡Presidente!” y “¡Sí se pudo!”. La multitud aguardaba con emoción la tradicional arenga presidencial, consciente de que sería la última de su mandato.
El presidente comenzó con las vivas acostumbradas a los héroes de la Independencia, pero con un toque personal y característico de su administración. Entre las figuras históricas mencionadas, destacó a Miguel Hidalgo, Josefa Ortiz de Domínguez, Ignacio Allende, Vicente Guerrero y Leona Vicario. Sin embargo, más allá de los héroes patrios, AMLO aprovechó la ocasión para incluir en su arenga algunas de las causas que definieron su mandato.
Con fuerza, lanzó un “¡Muera la corrupción!”, una de las banderas más representativas de su gobierno, seguido de “¡Muera la avaricia!”, “¡Muera el racismo!” y “¡Muera la discriminación!”, reflejando los principios que ha impulsado a lo largo de su presidencia. En un momento que marcó la pauta política del evento, López Obrador proclamó “¡Viva la Cuarta Transformación!”, haciendo referencia al proyecto político que ha encabezado desde su llegada al poder en 2018, y que busca cambiar de raíz el sistema político y económico del país.
Claudia Sheinbaum, testigo de honor del evento
La ceremonia tuvo un momento de especial relevancia política con la presencia de Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, quien asistió como invitada de honor junto a su esposo, Jesús María Tarriba. La asistencia de Sheinbaum, cercana aliada de AMLO, simbolizó la continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación, al tiempo que marcó el inicio de un nuevo capítulo en la vida política del país.
El cierre de una noche memorable
Con el tradicional repique de la campana y el ondeo de la bandera nacional, López Obrador finalizó su última arenga. La multitud en el Zócalo respondió con un emotivo “¡Viva México!”, coreado al unísono por miles de voces que resonaron en el corazón de la capital. El Himno Nacional se escuchó con fuerza, cerrando una ceremonia llena de simbolismo.
Posteriormente, los cielos de la Ciudad de México se iluminaron con un deslumbrante espectáculo de fuegos artificiales, acompañados de música regional mexicana, mientras el público seguía vitoreando al presidente. Con gritos de “¡Sí se pudo!” y “¡Presidente!”, López Obrador dejó una huella en el recuerdo colectivo de los mexicanos, cerrando un ciclo de seis años al frente del país.
Este último Grito de Independencia no solo fue una despedida emotiva, sino también un reflejo del legado que AMLO pretende dejar en la historia de México, un legado que, según él mismo, estará marcado por la lucha contra la corrupción, la igualdad y la transformación profunda del país.