Mandataria asegura que el diálogo con Trump busca fortalecer América del Norte como bloque económico.
En medio de la creciente especulación sobre una posible guerra comercial en América del Norte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, descartó categóricamente que dicha situación ocurra bajo su administración. En la conferencia matutina conocida como La Mañanera del Pueblo, Sheinbaum aseguró que la relación comercial con Estados Unidos y Canadá es una prioridad estratégica, y negó haber discutido el tema de los aranceles con el presidente electo estadounidense, Donald Trump, durante una llamada reciente.
“Estábamos tocando el fundamento por el cual él planteó que iba a subir los aranceles; lo importante era atender el planteamiento que él hizo”, explicó Sheinbaum, al tiempo que reafirmó su confianza en la cooperación trilateral como eje para resolver los problemas de la región.
El polémico anuncio de Trump
El 25 de noviembre, Donald Trump, a través de la red social Truth Social, anunció su intención de imponer aranceles del 25% a México y Canadá desde el primer día de su mandato. Según el presidente electo, esta medida busca presionar a ambos países para que tomen medidas más contundentes contra el tráfico de drogas, en especial del fentanilo.
“Tanto México como Canadá tienen el derecho y el poder absolutos para resolver fácilmente este problema (…) ¡es hora de que paguen un precio muy alto!”, escribió Trump en su publicación.
Este anuncio generó incertidumbre sobre el futuro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), cuya revisión está programada para 2026. Sin embargo, Sheinbaum subrayó que su gobierno está comprometido con mantener una relación económica sólida, sin entrar en disputas arancelarias.
Ebrard advierte impactos negativos
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, respaldó las declaraciones de Sheinbaum al advertir que una política de aranceles sería contraproducente, especialmente para Estados Unidos.
“Es un tiro en el pie”, aseguró Ebrard, refiriéndose a los efectos adversos que sufrirían las empresas estadounidenses que operan en México, como General Motors, Ford y Stellantis. Según sus estimaciones, los consumidores y empresas estadounidenses absorberían los costos de los aranceles, lo que podría traducirse en la pérdida de 400 mil empleos y una desaceleración económica significativa en el país vecino.
Una América del Norte unida
Ebrard destacó que, en días recientes, varias empresas y actores económicos han expresado su apoyo a la propuesta de México para consolidar a América del Norte como el bloque más competitivo y productivo del mundo. En este contexto, la presidenta Sheinbaum reiteró su compromiso con una política exterior basada en el diálogo y la cooperación para abordar los desafíos comunes de la región.
“La prioridad es fortalecer nuestra relación comercial, no debilitarla con conflictos innecesarios”, concluyó Sheinbaum.