Ciudadanía acusa al Gobierno autonómico de negligencia tras inundaciones mortales y exige justicia
En una de las mayores manifestaciones en la historia reciente de Valencia, alrededor de 130,000 personas tomaron las calles para expresar su indignación por la respuesta del Gobierno autonómico a la devastadora DANA que azotó la región hace más de diez días. Bajo gritos de “Mazón, dimisión” y pancartas pidiendo justicia, los manifestantes se congregaron en el centro de la ciudad, acusando al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, de negligencia en la gestión de la emergencia y en las labores de rescate.
Convocada por un total de 48 organizaciones, la manifestación se centró en la falta de aviso oportuno a la ciudadanía y la respuesta tardía del Ejecutivo autonómico, que, según las asociaciones participantes, no dio alerta hasta doce horas después de que otras instituciones, como la Agencia Española de Meteorología (AEMET), advirtieran de la gravedad de la situación climática.
“Nos sentimos abandonados. La gente perdió vidas y hogares mientras la administración miraba a otro lado”, expresó Carmen Valls, portavoz de una de las organizaciones convocantes, frente a una multitud que cubría la Plaza del Ayuntamiento y las principales avenidas de la ciudad. “No han sido capaces de gestionar una catástrofe natural, y con ello han demostrado su incompetencia”, añadió Valls, en medio de los gritos de miles de valencianos que exigían la dimisión no solo de Mazón, sino de todo el Gobierno autonómico.
Responsabilidades políticas y penales
Los manifestantes, muchos de ellos portando pancartas y carteles de gran impacto, han exigido además que el Gobierno autonómico enfrente responsabilidades penales por la crisis. Las frases “Vuestra incompetencia, nuestros muertos” y “Manchados de sangre” reflejan el sentimiento de dolor e indignación que la catástrofe dejó en la ciudadanía, particularmente tras conocerse el saldo de 220 personas fallecidas en la provincia de Valencia a causa de las inundaciones.
Estos mensajes de rabia han coincidido con la noticia de que la asociación Liberum presentó una demanda contra el Ejecutivo valenciano, la cual fue remitida al Tribunal Supremo por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV). Además, el TSJCV aceptó a trámite otra demanda similar el pasado fin de semana, en la que se reclaman los expedientes administrativos del gobierno regional por su actuación en la catástrofe.
Tensión política y respuesta del Gobierno
Desde el Partido Popular de la Comunidad Valenciana, que respalda al presidente Mazón, se emitió un comunicado en redes sociales en el que tildaron la manifestación de “politizada”, acusando a “entidades catalanistas de los ‘Paísos Catalans’” de “colapsar la ciudad de Valencia para crear discordia”. Según esta versión, los manifestantes priorizan cuestiones políticas sobre el apoyo a las víctimas.
A pesar de la tensión, la manifestación se desarrolló mayoritariamente en calma, con un recorrido pacífico desde la Plaza del Ayuntamiento hasta la Plaza Manises, frente al Palau de la Generalitat, donde se leyó un manifiesto. No obstante, se reportaron algunos incidentes menores, incluyendo el lanzamiento de bengalas y barro frente al Consistorio, lo que provocó la intervención de unidades antidisturbios, aunque sin que se registraran detenciones.
La indignación se extiende a otras ciudades
Este reclamo no se limitó a la capital valenciana. En localidades como Alicante, manifestaciones paralelas reunieron a cientos de personas que coreaban mensajes similares, subrayando el descontento generalizado con la respuesta de la Generalitat. Para muchos valencianos, la gestión del gobierno autonómico dejó patente una falta de organización en las labores de limpieza y de reconstrucción que ya comienzan en las áreas más afectadas.
Mientras los valencianos expresan su dolor e indignación en las calles, expertos meteorológicos y defensores de los derechos ciudadanos continúan señalando la importancia de implementar protocolos de alerta temprana más eficientes en la Comunidad Valenciana, de manera que futuras catástrofes naturales no provoquen el dolor y las pérdidas de vidas humanas que han acompañado a esta devastadora DANA.
