El dictador venezolano elogia a la Guardia Nacional por su “conducta ejemplar” y lanza nuevas amenazas contra la libertad de expresión
En un acto oficial ante la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), el dictador Nicolás Maduro declaró estar “dispuesto a todo” en respuesta al creciente descontento popular y las denuncias de fraude electoral que han sacudido a Venezuela en la última semana. A pesar de las masivas protestas pacíficas en las calles, el régimen chavista ha intensificado la represión, con un saldo trágico de 11 muertos y casi mil detenidos, según datos de la organización Foro Penal.
Maduro, durante la conmemoración del 87º aniversario de la GNB, no solo felicitó al cuerpo militar por su “conducta ejemplar” en la represión de las manifestaciones, sino que también describió a la Guardia Nacional como “columna vertebral de la paz, la protección del pueblo, la tranquilidad y la seguridad”. Este acto, que contó con la presencia del alto mando de la Fuerza Armada, se produce en un contexto de fuerte rechazo internacional a la violencia ejercida por las fuerzas del régimen contra los ciudadanos.
En su discurso, Maduro acusó a las protestas de ser parte de un “golpe de Estado imperialista” y reiteró su intención de no permitir que el “fascismo” tome el poder en Venezuela. “Estoy dispuesto a todo”, sentenció, dejando claro que las medidas represivas continuarán.
El dictador también aprovechó la ocasión para lanzar nuevas amenazas contra la libertad de expresión en el país, señalando a las redes sociales como los principales “instrumentos multiplicadores del odio y el fascismo”. En particular, apuntó contra TikTok e Instagram, acusándolas de “infectar” a la sociedad con odio. Maduro pidió al Consejo de Defensa y al de Seguridad que propongan regulaciones para estas plataformas, que han sido clave para organizar las manifestaciones ante la censura de los medios tradicionales.
La polémica en torno a las elecciones del pasado 28 de julio, donde el Consejo Nacional Electoral (CNE) afín al chavismo ratificó a Maduro como presidente reelecto con el 52% de los votos, ha generado una ola de protestas. La oposición, liderada por el candidato Edmundo González Urrutia, denuncia un fraude masivo, presentando resultados alternativos que le dan la victoria con casi el 67% de los votos.
Pese a las críticas y los llamados de la comunidad internacional para respetar la voluntad popular, el régimen chavista aún no ha entregado las actas electorales, aumentando la desconfianza y el enojo entre los venezolanos.
La respuesta internacional no se ha hecho esperar. La Unión Europea, a través de su alto representante para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, expresó su preocupación por los acontecimientos en Venezuela. Maduro, en su discurso, arremetió contra la UE y Borrell, calificándolos de “vergüenza” y acusándolos de tener una doble moral.
Mientras tanto, el alto mando de la Fuerza Armada ha reiterado su “absoluta lealtad” a Maduro, garantizando la continuidad de las operaciones de patrullaje “policial-militar” en todo el país. El dictador anunció que las 2.000 personas detenidas durante las protestas enfrentarán penas severas en cárceles como Tocorón y Tocuyito, afirmando que “esta vez no va a haber perdón”.
Con la represión en aumento y la situación política cada vez más tensa, el futuro de Venezuela parece sombrío. La brutalidad con la que el régimen ha respondido a las protestas pacíficas no solo ha cobrado vidas, sino que también ha intensificado el rechazo tanto interno como externo hacia Maduro. La comunidad internacional sigue observando con preocupación, mientras que los venezolanos continúan exigiendo que se respete su voluntad expresada en las urnas.